Sus pies raíces… las más firmes y largas, fuertes y resistentes…
Su corazón… el cielo, la expresión del amor, todo contiene…
Sus ojos… el reflejo del alma infinita, de la eternidad contenida en el ahora
Ellos pisan con pasos firmes, corazón abierto y certeza rotunda
Plenos de agradecimiento
Son hacedores con Dios, con la vida, desde la simplicidad absoluta y eterna…
Se mueven al ritmo del viento, al ritmo del no tiempo y de los tiempos, de los marcadores eternos de manifestaciones y cambios continuos…
Cuando es tiempo, se sientan y esperan…, y observan…
A veces observan las nubes de tormenta y los corazones confundidos, al tiempo que ven, a la vuelta de la esquina, un nuevo mundo, el sol brillante y los nuevos colores…
Saben que, en un instante, todo cambia, y aquello albergado en los corazones verdaderos se manifiesta a su tiempo, en su momento… su eterno ahora sin tiempo
Y esperan, pacientes, fuera de todo tiempo
Y otras veces ven el gozo en cada corazón que recibe lo esperado, lo albergado profundamente en el alma, ansiado con fuerza desde lo profundo del ser…
Aquello que un día fue una oración otro día se ha transformado en verdad, en lo que es, en el ahora
Y así, el tiempo dentro del no tiempo discurre…
Y así, el infinito se hace presente en un punto concreto, y la eternidad se manifiesta en un ahora perfecto…
Con amor,
Maite
VERDADERAMENTE HERMOSO MAITE EL AMOR LLEGA A SU TIEMPO Y EN SU MOMENTO JUSTO
ResponderEliminarGracias Claudia!
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